
Hoy he recibido dos cajas llenas de un sueño hecho realidad: ¡Nuestro primer libro, mi primer libro publicado!Y resulta que el año que escribí mi primer libro es un año histórico, 2020 que va a ser recordado como el peor año bisiesto de los que llevamos de siglo, pero que para mi siempre va a ser un año maravilloso. Os lo cuento:
En febrero, estuve en una Quedada de Procuradores en Málaga donde conocí personas maravillosas, que desde entonces y a través de un grupo de whatsapp compartimos inquietudes, trabajo, problemas, diversión y muchos zoom en la pandemia. Hemos conseguido en este tiempo ser familia y estar en las duras y en las maduras.
En marzo, antes de la pandemia estuvimos en Madrid impartiendo una formación sobre mediación laboral con el ICAM. Un grupo estupendo, con los que disfrutamos.
Y a los diez días, llegó el estado de alarma y comenzó un camino de aprendizaje, trabajo intrapersonal, meditación y ganchillo que me sirvió para sobrellevar 21 dias de aislamiento en mi habitación. Durante ese tiempo de enfermedad, encontré calma y tranquilidad y pude trabajar y descubrir en mi fortalezas que no tenía integradas como mías.
Encontré en ese tiempo la amistad de Pilar Martin, mi profe de Mindfulness e Inteligencia emocional del curso de Funge-UVA que quedó interrumpido.
Comenzamos a trabajar en distintos proyectos de formación en la Escuela de Mediación enfocados a la Mediación Educativa y a poner en marcha la Corte Privada de Mediación, Arbitraje y Conciliación.
Y además impartimos una clase práctica de Mediación Laboral en el ICALI.
Mientras, nos apuntamos a un curso de arbitraje del ICAM y aunque ya estábamos formadas en prácticas restaurativas, decidimos hacer el Experto Universitario de Udima. Han sido meses de compartir estudio, risas, complicidad, amistad y trabajo con Gloria, Encarna y Mado.
Y después, comenzamos a poner por escrito las herramientas que para nosotras son imprescindibles para tener recursos en la gestión de conflictos y mejora de la convivencia, trabajando desde la prevención y la provención.
Y trabajamos juntas a tres manos en teams, Mado, Encarna y yo, y de nuestra mente y corazón fue fluyendo nuestro primer hijo. Un hijo querido en cuerpo y alma. Teniamos clara la estructura, el contenido, el sentido y simplemente dejamos salir todo lo que durante tantos años habíamos estado aprendiendo, intuyendo y creando. Y alli estaba, tan bonito, con esa portada tan especial que nos regaló Carlos.
Comenzamos la corrección ortográfica, la lectura crítica y constructiva de las tres personas a las que dejamos leer el libro y cuyas opiniones están en las solapas del mismo, tal y como nos las hicieron llegar.
La maquetación, una locura y llegaba la Navidad. Y ya por fin llegó la impresión y pasaron los Reyes y nos dejaron con las ganas….
Hasta que esta mañana, he visto las cajas que desde Villena llegaron a Valladolid, y parada en la puerta de mi despacho he empezado a bailar, a reir y a sacar todo el nervio que supone parir un libro.
Soy feliz y sólo espero, confío y deseo que disfruteis con el libro y entendáis todo lo que la liebre dice al soldadito de plomo. Gracias por formar parte de mi sueño.